Otra vez lo mismo.
Otra vez estoy al borde del abismo.
Yo también quisiera salir corriendo, y al final del camino encontrar unos brazos cálidos que repare todos mis pedazos rotos.
Pero por contra lo único que podría suceder es que cayera más bajo aún.
Me desmorono, y no hay nadie a quién le importe.
Mis ojos se cristalizan, y no hay nadie que lo note.
En días como hoy se hace difícil respirar, ser perseverante y aguantar la tormenta.
Mis pensamientos se desbordan sin embargo no encuentro nada que pueda escribir y resulte coherente.
Difícil es explicar la soledad, de como esta te asfixia hasta dejarte examine, de como a veces no te queda otra opción que entregarte a ella, porque miras a tu alrededor y están todos pero no hay nadie.
Un día como otro cualquiera.
Collie.
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