viernes, 29 de agosto de 2014

La maldición de Hades.

Pero cómo lograr cerrar mis párpados si cada recuerdo se transforma en pesadilla,
si en cada vano intento mi alma protesta y suspira.
A cada paso que doy,
la noche se vuelve más insípida
y las tardes son una agonía, cada vez más sombrías.
No sé si soy yo que ya no soy capaz de sentir otra cosa que no sea melancolía,
o es que mi corazón se apagó hasta convertirse en monotonía.
Tan solo puedo dejarme llevar por este vil deseo de volver a ser querida,
de volver a sentir tus pupilas abrazando las mías.
Cruel tiranía, cruel destino, cruel soledad,
culpa es vuestra por quemar hasta el ultimo rastro de bondad de mi ser,
culpa es vuestra que me conforme con esta soberanía,
no pudiendo conciliar de nuevo el sueño,
no pudiendo mis latidos volver a ser serenos.
Siendo la desgracia hoy mi pan de cada día.

Dieciocho de septiembre del catorce.
Collie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario